Un director o una directora, hacen en el mejor de los casos, algo parecido a la música de cámara con su orquesta. Es esto lo que más me gusta de ser directora, únicamente es el director quien decide el fraseo, la intención de la música e inspira a los músicos a tocar de una forma concreta que va acorde con su interpretación de la obra
Los estudios de dirección cambian o moldean a una persona y sobre todo te hacen conocerte mejor. Cuando te pones delante de una orquesta debes estar preparado para hacer la mejor música que seas capaz, es como cuando das una clase, quieres dar y ofrecer lo mejor de ti para que tus alumnos aprendan. Yo sigo viendo cada día cosas de mí que me gustan y también cosas que cambiar. Es esto lo que me motiva siempre a seguir y a probar cosas nuevas ¿Quién sabe lo que puede salir de una idea sin probarla?
Dirigir es para mí juntar dos de mis pasiones en una, la de la pedagogía y la de la música de cámara. Este es el triangulo que une mi vida, y el que me hace mejorar cada día y el que me da las fuerzas para salir de vez en cuando de mi zona de confort. Soy muy feliz de poder hacer lo que me gusta.