Hay muchos tipos de clases online, y ya solo el nombre provoca rechazo a la mayoría de los músicos clásicos. Yo ya sabéis que soy fan de las clases online, pero cómo os explicaré aquí soy solo fan de uno o dos tipos de clases de música online, en la tercera no creo.
Al primer tipo le vamos a llamar. «El típico curso de flauta online».
Como su propio nombre dice es un curso ya pre-grabado, estilo UDEMY para entendernos. Te enseñan las posiciones los ritmos con algunos ejemplos y tú tienes que aprender un poco «solo» en tu casa.
Este método es válido siempre y cuando tengas un soporte al que puedas preguntar por medio de vídeos etc. Porque en algún momento te atascas y tendrás algún problemilla que un profesor nada más verte puede solucionar, o darte las herramientas para solucionarlo.
Por todo esto, puede ser, dependiendo de cómo esté concebido el curso, incluso complementario a tus estudios con un profesor. Por qué digo esto, porque tradicionalmente los profesores solo ven a los alumnos 1 vez a la semana, y en ocasiones, sobre todo cuando tenemos mucho tiempo (por ejemplo de vacaciones) quizá nos gustaría aprender algo más o poner en práctica lo que hemos aprendido durante el año.
Además este tipo de cursos suelen incluir unos cuantos días de prueba, o son membresías, en las que se paga una cuota baja al mes. Así que no pierdes casi nada o nada por probarlos.
El segundo modelo es el mixto, que es mi favorito y en el que estoy trabajando.
Le llamaremos la escuela de flauta travesera virtual. En esta opción tienes las ventajas del profesor y del curso online. Es decir, los alumnos van haciendo las clases del curso online y tienen posibilidad de contactar con el mismo profesor que ha creado esos contenidos y trabajar con él. Esto requiere una organización y preparación de las clases elevada, pero el profesor se puede hacer a la idea del nivel del alumno sabiendo por qué contenido va, tendrá preparados materiales adicionales (no los mismos que cuando damos clases presenciales, claro está).
Todo tiene que estar adaptado al nuevo medio. Ya sabéis que me encantan las comparaciones. Para mi intentar dar clase online con los mismos materiales que una clase presencial es lo mismo que pedirle a un pez que vuele con sus escamas. Vamos imposible.
Lo único que no podemos hacer en internet es tocar a la vez que el alumno. Pero esto con un vídeo está más o menos solucionado, incluso si el alumno tiene interés es incluso mejor que tocar solo 10 minutos a la semana juntos. Además ¿no os a pasado nunca que vas a una clase de instrumento y te han dado tanta información que a los dos días no te acuerdas de todo? A mí me pasaba mucho hasta que empecé a escribir después de las clases, pero aún así, algunas veces después de unas semanas ya no me acordaba de que quería decir con algunas frases.
Esto es lo mejor de las clases de música en vídeo u online, el alumno puede grabar la clase y volver a vivirla todas las veces necesarias, ¡así no se le olvidará nada de lo que se ha hablado en clase!
Al último tipo le llemaré: «el típico Curso de flauta online».
Y por último, y lamentablemente lo que más se lleva en la actualidad es dar exactamente el mismo tipo de clase que se da de forma presencial, pero por videoconferencia. Esto funciona por un tiempo determinado, pero a partir del tercer mes, empiezas a notar que te falta algo, y claramente te falta el poder tocar con tu profesor y al profesor le falta poder tocar con el alumno.
En algunos casos, como el pasado curso con el corona virus, no hay tiempo material de preparar todo el material necesario ni un buen método online, por eso no es tan efectivo, y por eso no soy muy partidaria de esta forma de aprender Flauta online, pero lógicamente si las otras dos formas no son posibles, pues está opción es mejor que nada.
Pero ahora que ya se ha demostrado que incluso así el aprendizaje de un instrumento es posible, creo que es el mejor momento para derribar el resto de barreras y decidir de una vez por todas, sin problemas geográficos, económicos o personales empezar a tocar un instrumento.
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